Escape (Libre)

Estaba sentada al borde del edificio, a decir verdad, me había saltado todas las clases. Llegue un Jueves, y al siguiente día a empezar, que aburrido, era eso. Instantáneamente, hice un puño con mi mano, y empezaron a juntarse las nubes, quería que lloviera, estaba aburrida. La verdad no era una chica que le gustara estar encerrada en un salón con un hombre aburrido que solo molestara. Mire al cielo, mi cabello tapaba mis ojos chocolates a mielados, y mi sonrisa se alargaba a cada instante. De pronto sentí otra presencia, me espante, me regañaran por saltarme las clases... Me quede callada...

Una sensación de pesadez cargaba el ambiente de fin de semana.

No era mucho lo que conocía, sin embargo estar al tanto de cada rincón de aquel establecimiento no estaba en sus planes. Como era de esperarse, Valetine caminaba absorta entre las líneas de ese libro que tanto le fascinaba, paseando así por los enormes jardines y recorriendo pasillo tras pasillo hasta que en último momento notó una ligera brisa que le revolvió el cabello impidiéndolo la visión momentáneamente.

Cuando levantó la mirada, pudo observar que el terreno le era desconocido en su totalidad. Volteo la mirada hacia ambos lados y en uno de ellos divisó a una joven, la cual parecía estar disfrutando del atardecer al borde del edificio.

-¿No deberías de estar en clase? –preguntó de repente. Lo mismo que deberías estar haciendo tú, replicó su mente.

Vi a la desconocida, sostenía un libro el cual lo leía atentamente, sonreí ante su pregunta.- Tu también deberías estar en clases -Le dije rápidamente- Ademas... creo que es injusto que me manden a trabajar cuando apenas he llegado. -Dije haciendo puchero, después vi a los estudiantes, levante mi mano Izquierda hacia el cielo y forme un puño poco a poco, entonces empezaron a caer gotas, que poco a poco fueron convirtiéndose en lluvia, la gente corría para no mojarse. Yo en cambio con la misma agua forme un domo que me cubría a mi y la extraña.- ¿Quien eres? -Pregunte con curiosidad en los ojos, examinándola.- Yo soy Misa, Un placer en conocerte -Le dije educada mente.

Sonreí sutilmente ante el comentario de la joven. Después de haber repetido el mismo procedimiento tantos años, el primer día de clases nunca era el más esperado.

—Todos tenemos derecho a comenzar un nuevo día como nos plazca —comenté sin mucho ánimo en realidad.

Guardé silencio unos segundos y de repente una gota cayó sobre la punta de mi nariz.

Llueve… pensé con incredulidad, pues el día parecía bastante cálido como para que una llovizna se avecinara. Sin embargo, lo que en realidad llamó mi atención al instante fue que, a pesar de la intensidad con la que caían las gotas yo no sentía ni una sola. En aquel momento, vi como una especie de manto me cubría a mí y a mi nueva acompañante.

Entonces sí sonreí con ganas.

—Eres muy amable —dije, intentado sonar simpática—pero caminar bajo la lluvia es uno de mis placeres favoritos. —Di un par de pasos hacia adelante, saliendo del domo que se erigía sobre mí —Es una lástima que no todos sean capaz de ver la belleza del paisaje —comenté con cierto dejo de nostalgia al ver a las personas correr para ocultarse. —Oh, por cierto. Soy Valentine, encantada.